Primeras impresiones: «The Night Of»

La nueva miniserie de HBO, The Night Of, debutó oficialmente el 10 de julio, pero el canal decidió darle un sabor distinto a su nuevo thriller de investigación y liberó el episodio piloto en su servicio de streaming (y que se puede ver acá gratuitamente por tiempo limitado). Adaptación de la serie británica Criminal Justice (BBC), la miniserie va a seguir por ocho episodios la vida de un joven estadounidense de origen paquistaní que está acusado de asesinato y que debe luchar para demostrar su inocencia.

La producción tiene guión del renombrado Steven Zaillian (La lista de Schindler), que también dirige la mayor parte de los episodios, y del escritor y guionista Richard Price (The Wire). Vale la pena mencionar que este proyecto fue planeado originalmente para ser lanzado en el 2013 y contaba con James Gandolfini (Los Soprano) en el papel del abogado defensor Jack Stone. Con la muerte de Gandolfini, la decisión fue continuar el proyecto en honor del actor que ahora lleva créditos póstumos como productor ejecutivo de la serie. El nombre de Robert De Niro llegó a ser considerado para el reemplazo, pero problemas de agenda complicaron su participación y fue John Turturro quien tomó el papel del abogado.

En tiempos de American Crime Story y Making a Murderer, The Night Of promete ser otra producción para plantear preguntas al sistema legal de Estados Unidos, visitando temas que están a menudo estrechamente relacionados con los defectos de los procedimiento, tales como los prejuicios (en este caso, representado por la hostilidad estadounidense a los árabes y musulmanes) y llevar a cabo investigaciones cuestionables. La serie va a abordar el sistema penitenciario de Rikers Island y los matices del sistema judicial.

Vamos desmenuzando. Me ha gustado lo que he visto en este piloto. Fue un episodio consistente, presenta la historia de manera clara, sin rodeos y cumplió con su papel de instar al público a volver al segundo episodio. El ambiente en el «oscuro» Nueva York está bien logrado y nos lleva a escenarios donde el suspenso está latente en cada escena. Pero sé que no es una serie de gusto unánime. Oscura y con un ritmo lento, puede llegar a ser agotadora para algunas personas. Sin embargo, para mí, es precisamente esta lentitud de la serie donde se construye su mayor atractivo: una tensión que crece en cada detalle, una agonía que va de la mano con la trama y poco a poco nos envuelve con las ansiedades y los miedos del protagonista, llamado Naz e interpretado por Riz Ahmed.

La serie se construye en detalles, como el simple hecho de que Naz no puede prender la luz de «fuera de servicio» del taxi que maneja, desencadenante de toda la trama. La sensación que tuve es la de lectura de un buen libro: diálogo verosímil, una disposición a buscar pistas escondidas en las escenas y comprender la importancia de cada encuentro de esa noche. Es como si cada escena, incluso la más modesta, fuera importante para solucionar el rompecabezas. Algo que me recordaba los buenos tiempos de True Detective y me instó a continuar el viaje los próximos siete episodios.

Pero hablemos un poco de lo que trata la serie: Nasir ‘Naz’ Khan es un joven estadounidense de padres paquistaníes que parecen tener una vida muy tranquila y ordenada. Naz es el tutor de un atleta en su colegio y en un viaje a los vestidores del equipo de baloncesto llega una inesperada invitación a una fiesta. Es una noche a la que Naz parece dispuesto a exceder todos los límites. De pronto, su sueño de simplemente ir a una fiesta se convierte en pesadilla. Sus problemas comienzan cuando decide tomar el taxi de su padre (sin permiso, por supuesto) para ir a la fiesta en Manhattan, pero es incapaz de llegar a su destino por no negar el viaje a una mujer joven llamada Andrea, que se mete en su taxi con la intención de ir a la playa.

La noche termina en la casa de la intrigante joven juntos a sus medicamentos, bebidas y juegos peligrosos. Existe un período de tiempo en que no sabemos qué pasó desde el comienzo de la relación sexual entre ellos hasta el asesinato de la joven. Naz despierta en la cocina de la casa después de «irse a negro» y encuentra el cuerpo de Andrea brutalmente apuñalado en la cama. A partir de ahí seguimos su desesperación y una serie de malas decisiones que ponen cada vez más en tela de juicio su inocencia frente al hecho.

Queremos creer que él no tiene la culpa, pero lo seguimos inquieto y angustiado (la tensión creada en el espectador es muy eficiente) y cada vez hay más indicios que sugieren lo contrario. La serie también transmite bien toda esta ansiedad que precede a los tiempos en que será capturado y desenmascarado por la policía.

La escena del crimen es un verdadero rompecabezas y Naz está presente en casi todas partes. Queda en manos de él y de su abogado defensor demostrar su supuesta inocencia frente al hecho, porque el fiscal no se esfuerza en hacer las preguntas clave en un caso en el que cree tiene las respuestas. Incluso si las respuestas son incorrectas, la historia es absolutamente creíble. Todo está en contra de Naz.

Por último, el final del episodio también es redondo. Seguimos la agonía de la familia de Naz frente a su desaparición, vemos el impacto en el padre ante la palabra «asesinato». La banda sonora del momento en que el papá sale de descalzo de su casa a la calle y descubre que su taxi no está, subraya aún más el poder de un episodio bien planteado de principio a fin.

Ok. Ahora hagamos futurología y pensemos en quién (o quiénes) pudieron matar a Andrea. Una lista de los probables sospechosos que se me ocurren:

  1. El conductor de la carroza fúnebre: la escena en la gasolinera parece demasiado al azar para no tener ninguna participación en el caso. El hombre, a lo mejor, ni siquiera es el asesino, pero sus palabras eran al menos premonitorias: ¿Quieres ser mi próxima pasajera?
  2. El dúo que los vio llegar a la casa de Andrea: aunque parecen únicos testigos circunstanciales que ponen a Naz y Andrea juntos en el lugar, es curioso que sólo uno de los dos haya vuelto a hablar con el detective.

Una apuesta: La casa tiene dos entradas y creo que esto tampoco fue mostrado al azar. El/la asesino/a no entró a la casa por la puerta principal, sino que por aquella entrada donde se puede ver a Andrea dejando a su gato afuera.